悪ノ物語
By: Raúl Acosta Idea original by: Monthy
Capítulo 2
“Tú y yo nacimos juntos en un gran día soleado, esas campanas nos dieron su bendición, el destino probablemente fue injusto para ambos, pero los adultos y su egoísmo fueron los que en realidad nos separaron, la vida un par de sorpresas nos dio y por eso agradezco a dios cada día más por ti, yo lo único que quiero es poderte proteger, para que así tu sonrisa algún día pueda volver, tu eres la princesa y yo por siempre tu sirviente, así podré cuidarte y jamás defraudarte”.
Recuerdo que un día visite a un vecino país, en el cual conocí a una chica que rápidamente llamo mi atención, ella tenía el cabello verde al igual que sus ojos, una piel clara y una hermosa sonrisa, aunque cuando la conocí estaba con alguien más, sabía que ella y yo teníamos una especie de conexión, fue inevitable el no observarnos mutuamente, fue algo mágico e innovador para mi, todo parecía perfecto, pero un día en mi regreso, ordenes tuyas recibí, y por el amor que te tengo las tuve que obedecer.
Fue en un bosque verde donde todo paso, su reino estaba siendo devorado por las llamas y muchas personas estaban a punto de fallecer, ella venia corriendo hacia el lugar donde la cite y jamás espero la sorpresa que le tenia que dar, las intenciones de ella al ir al bosque eran muy distintas a las mías, pero tu felicidad eh jurado cumplir y siempre haría todo por verte feliz.
Mi tristeza fue notoria, por mas que trate de ocultarlo tu supiste sobre esto, lo que hice no me puedo perdonar y aun me siguen dando muchas ganas de llorar, pero sabía que te haría feliz y al menos tu sonrisa pude volver a observar, ese día la merienda fue un postre lleno de amor y nadie nos podría volver a separar.
Aunque estaba seguro que tarde o temprano alguien tomaría venganza por tus actos, sabia que todo esto pasaría algún día… recuerdo todo lo que paso ayer, las personas llegaron con antorchas a rodear el castillo, miles de personas llenas de odio por doquier, tu hermoso reino se estaba rebelando contra ti gracias a la ayuda de otros, no me pude permitir el verte caer, somos gemelos separados por el destino, tenemos la misma sangre por lo cual yo también soy culpable y debo pagar al respecto, ahora mismo solo mis palabras y las tuyas es lo único que recuerdo….
– ¡Te cambiare el lugar! Somos gemelos, tenemos los mismo rasgos y nadie se dará cuenta, ¡rápido! ellos vienen ya, tienes que salvarte, tienes que huir de aquí, ser feliz y vivir tu vida, cuando me atrapen diré tus palabras y nadie jamás notara la diferencia, tienes que ser feliz…
– ¡No seas idiota! ¡Por favor no!
– ¡Huye! Tienes que ser feliz
Lo peor fue el verte llorar, pero fue un alivio que esa chica con la armadura carmesí no llegara a tiempo para darse cuenta de la verdad, aunque no estoy tan seguro de eso… Ella termino llorando, pero estoy seguro que logro huir del castillo, sé que ella estará bien, jamás la dejare sola.
Ellos están reunidos hoy por mi, vaya, no había visto el rostro de satisfacción de tanta gente jamás, por lo menos ahora están en paz y han dejado sus antorchas, ja! Y yo inmóvil frente a ellos, esta plaza nunca había estado tan llena, eso es lo de menos, ayer no pude dormir, la prisión fue lo que menos me importaba, los ladrillos malgastados y la suciedad de ese cuarto oscuro era poco comparado con esto que estoy viviendo y lo que me pasara, pero lo merezco… se acerca la hora cada ves mas rápido, oh hermana, si tan solo pudiera volver a nacer… me gustaría que fuéramos gemelos de nuevo para así poder estar contigo siempre.
“La gente dirá que Hace mucho tiempo en un reino de algún lugar, nadie mas que mi dulce hermana podía gobernar…” Aunque todos te quieran hacer daño y el mundo te de la espalda, espero que sepas que siempre te cuidare, ¡vamos! Ya eh pensado demasiado, es hora de abrir los ojos y levantar la cabeza, toda esta gente esperando el momento y ¡si! tu estas allí… lograste escapar, mi fin ah llegado, las campanas han comenzando a sonar, pero ahora sé que tu estas bien, tal ves algún día volvamos a estar juntos… guardare mis lagrimas y le sonreiré a todo el mundo para que todos escuchen este grito.
– ¡Ya es la hora de la merienda!